En el acto de entrega de los premios "Príncipe de Asturias" de 2009, tuvimos la ocasión de contemplar uno de los actos de cinismo más importantes del año. Subió a la tarima un señor que ya tiene asignado su cargo solo por haber nacido hombre y haber sido engendrado en el útero acertado en el momento preciso. A partir de su nacimiento ha tenido asegurada una vida de lujos y poco trabajo, sin que haya sido condición necesaria para él una capacidad intelectual de acuerdo con la responsabilidad que, en teoría, debería ejercer.
Pues bien, en tiempo de crisis, y con la mayor parte de los ciudadanos con el agua económica hasta el cuello, se atreve a decir, sin ningún tipo de vergüenza que "El paro, que es la consecuencia más dolorosa de la crisis económica que vivimos, hiere nuestra dignidad como seres humanos y constituye nuestra principal preocupación". Si hubiera dicho "vivís" en lugar de "vivimos" y "vuestra" en lugar de "nuestra", quizá el príncipe Felipe de Borbón, aunque hubiera seguido atentando contra el principio de que todos debemos nacer con igualdad de derechos y oportunidades, hubiera estado un poco más acertado.
Pues bien, en tiempo de crisis, y con la mayor parte de los ciudadanos con el agua económica hasta el cuello, se atreve a decir, sin ningún tipo de vergüenza que "El paro, que es la consecuencia más dolorosa de la crisis económica que vivimos, hiere nuestra dignidad como seres humanos y constituye nuestra principal preocupación". Si hubiera dicho "vivís" en lugar de "vivimos" y "vuestra" en lugar de "nuestra", quizá el príncipe Felipe de Borbón, aunque hubiera seguido atentando contra el principio de que todos debemos nacer con igualdad de derechos y oportunidades, hubiera estado un poco más acertado.