lunes, 13 de octubre de 2008

Universitarias

Más de una vez he oído decir que no importa que a un hijo le eduques un poco diferente de como educas a una hija. No importa si a tu hijo le compras coches para jugar y a tu hija muñecas. Dicen que cuando son más grandes es cuando desarrollan su personalidad. Pues no. En la infancia, adquirimos una gran parte de nuestros conocimientos y conductas futuras. Sin saberlo, crecemos llevando en nuestro subconsciente el camino que empezamos a recorrer al nacer.
La semana pasada salió l'informe de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y en él pude ver un dato muy ilustrativo: solo un 14,17% de las universitarias elegía carreras técnicas, frente a un 43,80% de los universitarios.
Los niños han sido (y siguen siendo) educados encima de un montón de juguetes basados en coches, juegos de construcciones, de electricidad. Nos hacían asociar la idea de que ser unos "machotes" era algo bueno, y por eso acompañábamos siempre al padre cuando este reparaba algunos aparatos de la casa. Si este no era tu ambiente habitual, te encontrabas con tu grupo de amiguitos compitiendo por ver cuál era el más "machote", y por lo tanto, el más respetado. La niña, en cambio, era vista como un bicho raro si frecuentaba algunas de las aficiones reservadas para los niños.
Con estas asociaciones de ideas hemos crecido, manteniéndose siempre latentes en nuestro subconsciente y aprovechando cualquier ocasión para salir a nuestro consciente, como en el caso concreto del momento de la elección de una carrera universitaria.
El psicólogo Steve Heine realizó un experimento muy curioso: sometió a dos grupos de 60 chicas cada uno a la realización de dos pruebas matemáticas, separadas por una prueba de comprensión lectora. El texto del primer grupo explicaba que las mujeres tenían menor capacidad para las matemáticas debido a razones genéticas. El segundo escrito afirmaba que las razones de que las mujeres hubieran tenido una menor presencia en el terreno matemático era debido a la experiencia. Todas las mujeres sacaron una puntuación semejante en el primer ejercicio, pero en el segundo ejercicio matemático, las chicas del texto con la explicación genética obtuvieron un resultado notablemente menor.
Es el subconsciente, pero el subconsciente creado por siglos y siglos de patriarcado.

17 comentarios:

supersalvajuan dijo...

El problema creo que está en la (des)orientación de los institutos. Lían al personal, más que aconsejar.

Anónimo dijo...

Si yo no estoy equivocado, en totales hay más universitarias que universitarios y además son mejores estudiantes (o estudiantas). Ése es un salto increíble desde mis tiempos de estudiante (yo me quedé en F.P.), entonces muy pocas mujeres accedían a la universidad.

Y no te creas, ya a las niñas no las gustan los cuentos de príncipes azules.

Creo que ahora se eligen mucho las carreras en función de las posibilidades de trabajo, de las notas, de los cupos, etc.

Recibe un cordial saludo.

miquelet dijo...

SUPERSALVAJUAN: Y muchas veces aconsejan alos alumnos una carrera en función de las salidas que tenga y no en función de la vocación del alumno o alumna.

NECRONOMICÓN: Sí, y creo que ya van por un 60% el número de alumnas totales (o totalas, según el ministerio). Sin embargo, en las carreras técnicas (aunque progresan lentamente) ocurre lo que he comentado.
Es verdad que los príncipes azules están pasados de moda, pero las diferencias en la educación en función del sexo siguen siendo muy notables. Esperemos que cuando las niñas de hoy lleguen a la universidad, la ratio en ingeniería industrial sea del 60% como en las otras carreras.

Gracias por vuestros comentarios.

alfonso dijo...

no solo patriarcado, las que mas educan de pequeños a niños y niñas son las madres, y las madres que estan educando ahora a los adolescentes siguen con ideas algo clasicas sobre que deben hacer las niñas y los niños

Anónimo dijo...

Creemos que actualmente existe más libertad de elección, ya que los padres ni siquiera tienen tiempo para orientar a sus hijjos hacia la muñeca o el martillo, por decirlo de alguna manera. Habría que investigar qué pasa en las guarderías de pequeños...

el Kontra dijo...

Heine, debería pasearse por acá en Guatemala, en el segundo ejercicio matmático las señoritas hubieran punteado cero. Aquí seguimos estructuras de patriarcado aún más arraigadas.
Saludos

laz dijo...

Las conclusiones, sin quererte ofender, me parecen precipitadas…

Si fuera cierto que la actitud natural para las matemáticas de los hombres o las mujeres fuera por razones medioambientales, en una sola generación se superaría.

El gato domestico (que es lo suficientemente domestico) en una sola generación, supera su condicionamiento y se vuelve un animal realmente salvaje y peligroso.

La verdad es que hay diferencias (físicas) en el cerebro del hombre y la mujer (que no nos hacen mejores ni peores), que nos hacen mas aptos o menos aptos de forma natural para ciertas tareas… como la diferencias evidentes físicas.

En mi tierra se levantan torres humanas (Castells) y todo el mundo tiene su lugar debido a capacidades naturales en las cuales un sexo es mas apto que otro…
En los pisos inferiores están los hombres, porque su columna es capaz de soportar más que la columna de las mujeres. En los pisos superiores están las mujeres, que debido a las diferencias que hacen que puedan tener bebes… mantienen de forma mucho mas eficiente su centro de gravedad mas centrado.

En cualquier caso pienso que somos distintos… ahora mismo en nuestro país, las universitarias estas desbancando a los universitarios.

Saludos paritarios,

miquelet dijo...

ALFONSO: Es verdad, aunque no lo hacen de manera tan clásica como antes, esa distinción la realizan continuamente en cosas de las que no se dan ni cuenta, como en el control de las horas de llegada a casa.

CHUQUIS: Lo malo es que cuando hay padres que no tienen tiempo de estar con sus hijos, entran en escena los abuelos, con su visión de la vida anclada en mediados del siglo XX.

EL KONTRA: Supongo que será así. En sociedades donde todavía no han entrado de lleno las corrientes aperturistas en este sentido, la única visión del mundo es la que heredan de los antepasados, para lo bueno y para lo malo.

LAZARO6PUNTO1: No te preocupes, discrepar de ninguna manera es ofender. Al contrario, siempre es enriquecedor.
Pienso que unas costumbres patriarcales tan integradas en nuestra cultura tardan varias generaciones en ser erradicadas. Primero desaparecen las más visibles, pero quedan las propias del subconsciente. ¿cuantos padres no han comprado ropa rosa a una niña? ¿Algún padre viste de rosa a un niño? ¿Cuantos padres compran a su hijo e hija el mismo tipo de juguetes antes de que éstos puedan elegir?
Cierto es que hay condicionantes de tipo físico en algunas tareas en las que la mayoría de mujeres no estarían plenamente capacitadas, como en trabajos que requieran una enorme fuerza. También la mayoría de hombres no estaríamos capacitados para realizar tareas que requiriera unas manos finas y diestras.
Pero si viviéramos en una sociedad donde hubiera una igualdad efectiva y real entre sexos, las mujeres elegirían las carreras técnicas en la misma proporción que los hombres.
En aquellos países con estructuras patriarcales fuertemente arraigadas, el porcentaje de mujeres que eligen carreras técnicas es mucho menor que en España. Sin embargo, en Islandia, donde la igualdad de sexos está muy desarrollada, hay incluso un mayor porcentaje de mujeres que eligen carreras técnicas que de hombres que así lo hacen (ayer vi los datos mientras buscaba información, pero ahora no los he vuelto a encontrar).

Muchas gracias por vuestros comentarios.

Ray Coy dijo...

En mi facultad las mujeres ganamos por mayoría aplastante, tanto en Periodismo como en CAV o Publicidad y RRPP. En la misma zona está la Escuela Superior de Ingenieros, y allí ocurre al contrario. Por eso los ingenieros se van al comedor de mi facultad, a ver si pillan cacho ;p.
A mí siempre me han tirado más las letras que los números, y supongo que en eso algo tendrá que ver que me pasara mi infancia leyendo e inventando historias con las que dar vida a mis muñecos. Y hablando de muñecos, en mi caso los tuve de todo tipo, no sólo Barbies. Y desde luego siempre preferí los Playmobil antes que un muñeco al que ponerle ropa o con el que jugar a ser madre. Mis padres nunca me negaron un juguete por creer que fuera de niños o de niñas, ¡si hasta coleccionaba estampas de fútbol!

....GooNie.... dijo...

teniendo en cuenta lo visto en mi instituto hace ya... la noticia da en el clavo. Voy a detallar y todo: de 5 clases de bachillerato, dos eran de ciencias sociales, uno de letras puras, otra de ciencias de la salud y otra del tecnológico. Pues bien, en las de ciencias sociales la cosa estaba equilibrada, pero en letras puras(que era la mía) éramos 26 chicas y 4 chicos, en el de ciencias de la salud los chicos ganaban en número a las chicas por pokito...pero en el tecnológico era alucinante: 30 chicos (+ o -)y sólo 2 chicas! Y vaya rollo acabo de soltar con las estadísticas de mi instituto...

alfonso dijo...

miquelet,me tomaré alguna a tu salud
un abrazo

miquelet dijo...

RAY COY: En el ambiente en el que me crié te habrían mirado como la "rara". Se trata de tendencias y porcentajes. No son relaciones que siempre se cumplen. Mi infancia fue de las de coches, fútbol y naves espaciales y acabé haciendo una carrera de Humanidades (Geografía). Eso sí es en la que más números se manejan.

GOONIE: Las estadísticas son maravillosas si se saben interpretar bien. Esas de las que hablas parecen modélicas, y por lo que parece, muy comunes. A ver si dentro de unos años la cosa cambia.

ALFONSO: Otra por aquí ira a la tuya.

Muchas gracias por vuestros comentarios.

Abrujandra dijo...

Es verdad que cualquier generalizaciòn está mal, cada quien tiene su historia.
En las matemáticas las mujeres han sido solapadas. A nadie escapa que hasta no hace mucho éramos cosas.
Mi amiga La Curupisa tiene un post interesante que tituló AMAS DE CASA DESESPERADAS en la que habla de la esposa de Einstein, Mileva Maric.
Teano, Hipatia, Sophie Germain, Ada Lovelace, Mary Somerville, Sofía Kovalevskaya, Emma Castelnuovo, Grace Young. Quizás sea cuestión de informarse un poco más y de ver que querer es poder.
Verdad es también que había que tener una fuerte personalidad rebelde como para incursionar en esos campos por aquellos tiempos.
Lo mío pretende aportar un granito de arena al tema nomás.

Anónimo dijo...

El número de universitarias con respecto al de universitarios no dice nada como estádística por sí sola. Cuántas de esas universitarias llegan al pináculo en la carrera elegida, es otro cantar. Cuántas se diploman con los mismos honores que los universitarios, cuántas se convierten en parte del séquito de sus profesores, cuántas son miradas como posibles sucesoras y herederas por esos profesores. Cuántos profesores en la universidad son hombres y cuántos mujeres.
Además, ya pensar que, para lograr la igualdad con los hombres y sentirnos cercanas a semejante modelo de intelectualidad, debamos hablar la lengua de las matemáticas, me parece un preconcepto. Yo me inclino por las letras, pero sé que si hubiera elegido la carrera de la matemática, ni me faltan ni sobran neuronas ni funciones cognitivas ni nada que me juegue en contra. Además, no tengo por qué estudiar matemática para hablar de igual a igual con un hombre
Con respecto a las diferencias fisiológicas de los géneros, pues ya con eso y los estudios propuestos por la genética, creo que rayamos en la frenología, lo que a mí me provoca cierto escalofrío que no puedo contener.
Y aquéllo de echar la culpa a las madres (con lo que yo tendría cuidado, pues sería como admitir ausencia paterna en la crianza) por cómo resultan de "patriarcales" sus hijos, sería para preguntarse acerca de quién ha criado a las madres o si éstas han venido a parar en esta cultura occidental patriarcal por autogeneración espontánea.
Y finalmente, recordaré a mi madre, una ama de casa (algo más que) desesperada. Desde que se casó con mi padre, siempre fue ama de casa. Además de mi padre, quien era un acérrimo lector, ella también se sentaba a hacer las cuentas mientras controlaba que yo hiciera bien mis tareas. Ella también leía conmigo. Ella también me compraba libros. Y fue ella quien me taladró desde el principio con aquéllo de "Estudiá, mi hija, y no te permitas nunca depender de nadie. Y estudiá lo que vos quieras".

miquelet dijo...

CURUPISA: No sé si has malinterpretado algunas cosas que he querido decir en el post. Intentaré explicarme mejor:

Las estadísticas por sí solas pocas veces dicen algo. Es la interpretación de éstas lo que cuenta. El que haya una diferencia tan grande entre el número de alumnas y alumnos si que debe ser algo para tener en cuenta y tratar de analizarlo. Lo que pasa después también, sin lugar a dudas.
Las carreras técnicas no son el camino hacia la igualdad, sino la consecuencia de la igualdad. Es un termómetro muy valido para medir el machismo de las sociedades.
Las diferencias físicas entre hombre y mujeres existen, aunque cada vez son menos los trabajos en los que este aspecto tiene importancia, por lo que casi se puede considerar una anécdota.
No he hablado de echar la culpa a las madres. En una familia tradicional patriarcal, el padre apenas interviene en la educación de una hija. Por eso tiene más culpa el padre que la madre. Claro que ha habido una ausencia. Eso sí, los padre se preocupaban de enseñar a los varones cómo aprender a ser un hombre.
Por fortuna, cada vez hay más madres como la tuya, y eso se nota en la evolución del número de matriculadas en carreras técnicas, que a pesar de las diferencias todavía existentes, aumenta año a año.

Gracias por el comentario.

miquelet dijo...

ABRUJANDRA: No se trata de generalizar, sino de buscar una causa para esta disparidad estadística.
Hace años las mujeres silenciadas eran las mujeres bien vistas, las que no hacían ruido y sólo hablaban de banalidades. Hubo muchas mujeres que se rebelaron ante esto, pero estadísticamente no dejaban de ser una anéctoda aunque humanamente fueran unas heroínas.
Hoy en día todo va cambiando, más lentamente de lo que quisiéramos, pero avanza. Y todo será mejor cuando las heroínas dejen de serlo para ser mujeres normales y las silenciadas pasen a ser excepciones.

Gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

Miquelet, entiendo lo que quisiste decir en este post y tal vez debí ser específica, pues lo que dije era respuesta a otros comentarios (y a palabras que acostumbran resonar junto a mí, cuando estoy sentada en sala de profesores, en la escuela donde trabajo) y no a tus palabras. Gracias por mostrar mis palabras y por responderlas. Y por la visita.